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Maternal Prepregnancy Obesity is an Independent Risk Factor for Frequent Wheezing in Infants by Age 14 Months
Guerra S, Sartini C, Mendez M, Morales E, Guxens M, Basterrechea M, Arranz L, Sunyer J. Maternal Prepregnancy Obesity is an Independent Risk Factor for Frequent Wheezing in Infants by Age 14 Months. Paediatr Perinat Epidemiol. 2013 Jan;27(1):100-108. PMID: 23215717
“La deficiencia de vitamina D durante el embarazo puede afectar al desarrollo cerebral de los bebés”
Entrevista Dra. Eva Morales, autora del estudio “Circulating 25-Hydroxyvitamin D3 in Pregnancy and Infant Neuropsychological Development ¿Qué les motivó a realizar este estudio? ¿Qué metodología se ha seguido? ¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio? ¿Qué papel juega la Vitamina D para el cuerpo humano? «Los niños de madres con niveles insuficientes de vitamina D ¿Qué consecuencias puede tener un nivel deficiente de Vitamina D para una mujer embarazada? ¿Y para el bebé? «La vitamina D regula el desarrollo y la función de la placenta ¿Se han detectado diferencias significativas entre los diferente grupos de mujeres? (edad, estudios, estatus social, origen…) «En la actualidad muchos estudios como el Proyecto INMA ¿Qué opciones tiene a su alcance una mujer embarazada para mejorar los niveles de Vitamina D? ¿A partir de cuándo –antes o durante el embarazo- es importante que empiece a ingerir esta Vitamina? *Eva Morales es Doctora en Medicina. Master en Salud Pública. Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y trabaja en la cohorte INMA de Sabadell
La deficiencia de vitamina D durante el embarazo podría obstaculizar el desarrollo cerebral de los bebés, lo que afectaría a su comportamiento mental y habilidades psicomotoras. Sin embargo, los estudios en humanos son muy limitados. Para investigar esta hipótesis determinamos la concentración de vitamina D en la sangre durante el embarazo de casi 2.000 mujeres participantes en el Proyecto INMA. Y a los 14 meses de edad, neuropsicólogos entrenados evaluaron a sus hijos con respecto a sus principales funciones cognitivas y psicomotoras mediante la aplicación del test neuropsicológico de Bayley.
Una de cada dos mujeres embarazadas presentaron niveles insuficientes de vitamina D en sangre (<30 ng/mL). Los niños de madres con niveles insuficientes de vitamina D durante el embarazo obtuvieron puntuaciones más bajas en sus función cognitiva y psicomotora que aquellos niños cuyas madres tenían niveles óptimos de la vitamina (>30 ng/mL). En general, las puntuaciones más bajas en los pruebas neuropsicológicas podría conducir a coeficientes intelectuales más bajos de los niños.
La principal función de la vitamina D es la regulación de los niveles de calcio y fósforo en sangre y el paso de calcio a los huesos. Por lo que juega un papel clave en la formación y mineralización ósea, siendo esencial para el desarrollo del esqueleto. Además de su importancia para un adecuado desarrollo óseo la vitamina D también desempeña un papel importante en otros órganos y sistemas del cuerpo humano como los músculos, el intestino, páncreas, corazón y sistema vascular, el sistema inmune y el cerebro.
durante el embarazo obtuvieron puntuaciones más bajas
en su función cognitiva y psicomotora que aquellos niños
cuyas madres tenían niveles óptimos de la vitamina».
La vitamina D regula el desarrollo y la función de la placenta por lo que su déficit durante el embarazo se ha relacionado con un mayor riesgo de pre-eclampsia, parto prematuro y cesárea, así como también un mayor riesgo de resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa y diabetes durante el embarazo.
Los niveles de vitamina D del feto y del neonato dependen totalmente de los niveles de vitamina D en sangre en su madre durante el embarazo. Se estima que la concentración de vitamina D en sangre de cordón puede ser igual o hasta un 20{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} más baja que la concentración en sangre maternal. Unos niveles insuficientes de vitamina D durante el embarazo puede condicionar un peor desarrollo óseo cuya forma más grave sería el raquitismo. Y también puede condicionar el desarrollo de un sistema inmune más débil con una mayor susceptibilidad de sufrir infecciones respiratorias y asma durante la infancia. En la actualidad muchos estudios como el Proyecto INMA están investigando si estar expuesto a unos niveles insuficientes de vitamina D durante etapas claves del desarrollo como la etapa intrauterina puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades durante la etapa adulta tales como obesidad, diabetes, cáncer, asma, enfermedades autoinmunes, cardiovasculares y neurodegenerativas.
por lo que su déficit durante el embarazo se ha relacionado
con un mayor riesgo de pre-eclampsia, parto prematuro, cesárea,
un mayor riesgo de resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa
y diabetes durante el embarazo»
Sí. Los principales factores que identificamos asociados con los niveles en sangre de vitamina D durante el embarazo fueron la latitud geográfica (las mujeres residentes en áreas situadas más al sur de España como Valencia tenían niveles más altos de vitamina D en sangre que aquellas mujeres residentes en áreas situadas más al norte), la estación del año cuando la sangre era extraída (niveles más altos en verano y más bajos en invierno), la edad de la mujer (las mujeres más jóvenes tenían niveles más bajos), la clase social de la mujer (las mujeres de clases sociales más desfavorecidas presentaron niveles más bajos), el índice de masa corporal (las mujeres con sobrepeso y obesas presentaron niveles más bajos), y fumar durante el embarazo (las mujeres fumadoras presentaron niveles más bajos).
están investigando si estar expuesto a unos niveles insuficientes
de vitamina D durante etapas claves del desarrollo como
la etapa intrauterina puede incrementar el riesgo de desarrollar
enfermedades durante la etapa adulta»
Es aconsejable que toda la población, y no solo las embarazas, mantenga unos niveles en sangre de vitamina D suficientes. Para ello hay dos opciones: incrementar la ingesta a través de la dieta y/o toma de suplementos o incrementar la exposición solar. Hay muy pocos alimentos que contienen naturalmente cantidades significativas de vitamina D. Asimismo, está en estudio si el uso de suplementos de vitamina D puede ser útil para mantener unos niveles suficientes en sangre así como para determinar las cantidades recomendables y seguras de suplementos que deberían tomar los distintos grupos de la población según sus necesidades. Por lo que la manera más eficaz y saludable para tener unos niveles suficientes de vitamina D es la exposición solar moderada. De hecho, la mayoría de la gente podría obtener suficiente vitamina D con exposiciones cortas al sol (de entre 10 y 15 minutos diarios).
El déficit de vitamina D durante el embarazo puede afectar al desarrollo cerebral del bebé
La deficiencia de vitamina D durante el embarazo podría obstaculizar el desarrollo cerebral de los bebés, afectando a sus habilidades mentales y, también, psicomotoras. Esta es la principal conclusión del estudio ““Circulating 25-Hydroxyvitamin D3 in Pregnancy and Infant Neuropsychological Development” desarrollado por Investigadores del Proyecto INMA. El estudio , liderado por Eva Morales, analizó el nivel de vitamina D en sangre durante el primer o segundo trimestre del embarazo de alrededor de 2.000 mujeres y evaluó las habilidades mentales y motoras de sus bebés a los 14 meses de vida. Los investigadores encontraron que los niños cuyas madres tenían niveles óptimos de vitamina D en el periodo gestacional obtuvieron calificaciones más altas que aquellos cuyas madres tenían niveles insuficientes de esa vitamina. Así, según el estudio, publicado en la revista Pediatrics, más del 50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de las mujeres tenían concentraciones de vitamina D por debajo de 30 ng/mL, el umbral considerado como óptimo. Los bebés de madres cuyo nivel de vitamina D prenatal fue óptimo obtuvieron un promedio de 2,6 puntos más en un test mental y 2,3 puntos más en un examen psicomotor que los bebés de aquellas mujeres cuyos niveles de vitamina D prenatal eran insuficientes. Diferencias de entre cuatro y cinco puntos en este tipo de pruebas neuropsicológicas podrían reducir el número de niños con inteligencia superior a la media (un coeficiente intelectual por encima de los 110 puntos) en más del 50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b}. Los autores también identificaron factores que podrían influir en los niveles de vitamina D en sangre durante el embarazo, como la latitud geográfica, la estación del año cuando la sangre era extraída, la edad materna, la clase social de la madre, el sobrepeso y obesidad de la madre, o el consumo de tabaco durante el embarazo. *Eva Morales es Doctora en Medicina. Master en Salud Pública. Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y trabaja en la cohorte INMA de Sabadell
«Una dieta deficiente o inadecuada antes o durante el embarazo puede acarrear graves consecuencias para la madre y para el bebé»
Entrevista a la Dra. Clara Rodríguez-Bernal, autora del estudio “Dietary intake in pregnant women in a Spanish Mediterranean area: as good as it is supposed to be?” ¿Qué les motivó a realizar este estudio? «En este estudio, un gran porcentaje de las mujeres consumían cantidades menores a las recomendadas de cereales, legumbres, frutas y verduras, lo que se veía reflejado en una ingesta baja de nutrientes importantes como carbohidratos complejos, folato y hierro». ¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio? ¿Qué nutrientes son los que debería cuidar más una mujer embarazada? «Las mujeres embarazadas tienen una dieta que no permite cubrir las necesidades nutricionales del embarazo, porque no consumen suficientes alimentos que aporten nutrientes importantes durante el embarazo, o porque se exceden en la ingesta de otros que son ricos en calorías pero no en nutrientes». ¿Cuáles son las principales deficiencias, en alimentación, que ha revelado el estudio? ¿Qué consecuencias puede tener una mala alimentación para una mujer embarazada? ¿Y para el bebé? «La alimentación se podría mejorar aumentando el consumo de cereales y tubérculos como fuentes principales de energía así como el consumo de frutas, verduras y legumbres. Las carnes rojas o aves se pueden reemplazar algunas veces por legumbres. Es aconsejable disminuir el consumo de carnes procesadas, embutidos y bollería industrial que contienen grasas perjudiciales para la salud. Es importante consumir diferentes tipos de pescado por su alto valor nutritivo, evitando o limitando el consumo de pez espada o emperador y atún rojo durante el embarazo por su alto contenido de mercurio» ¿Cuáles son las diferencias más significativas que se dan entre los diferentes perfiles de mujer? ¿Cuál es el prototipo de mujer embarazada que “descuida” más su alimentación? ¿Cómo se podría mejorar esta alimentación?
Se ha establecido que una dieta inadecuada o deficiente durante el embarazo puede tener consecuencias negativas para la salud del niño o la madre. La dieta mediterránea se considera un modelo de dieta saludable y se asume que las personas que viven en zonas mediterráneas tienen una alimentación adecuada, sin embargo, la adecuación dietética en mujeres embarazadas en estas zonas se ha estudiado muy poco y creíamos que, debido a que la gente se aleja cada vez más del modelo de dieta tradicional y el embarazo supone un aumento en la demanda nutricional, era importante evaluar la dieta en este contexto y en esa etapa de la vida.
Las mujeres embarazadas tienen una dieta que no permite cubrir las necesidades nutricionales del embarazo, porque no consumen suficientes alimentos que aporten nutrientes importantes durante el embarazo, o porque se exceden en la ingesta de otros que son ricos en calorías pero no en nutrientes. Además, la suplementación que reciben no es adecuada en algunos casos y es necesario evaluar este aspecto para que las madres y sus bebés no estén expuestos a los riesgos que implican las deficiencias o los excesos en el consumo de ciertos nutrientes, especialmente en forma de suplementos.
Una dieta equilibrada rica en diversos nutrientes es muy importante durante el embarazo, sin embargo, hay algunos que se consideran claves por su efecto en el desarrollo fetal y por el aumento de la demanda durante el embarazo, como el folato (presente en verduras, especialmente de hoja verde, frutas, cereales, legumbres); el hierro (presente en carnes, verduras y legumbres) y el calcio (presente en lácteos y verduras). Últimamente también se empieza a hablar de efectos importantes de la vitamina D (fuentes importantes son los lácteos y el pescado), pero es un nutriente menos estudiado.
En este estudio, un gran porcentaje de las mujeres consumían cantidades menores a las recomendadas de cereales, legumbres, frutas y verduras, lo que se veía reflejado en una ingesta baja de nutrientes importantes como carbohidratos complejos, folato y hierro. También se encontró una ingesta deficiente de vitamina D, sin embargo, la vitamina D se sintetiza en gran parte a través de la piel con la exposición a la luz solar, por lo cual, se espera que la deficiencia de vitamina D no sea alta en mujeres de esta área. Adicionalmente, se encontró que un gran porcentaje de mujeres excedía las recomendaciones para consumo de grasa total, y tenían consumos altos de grasa saturada. Cabe señalar que el consumo de proteínas, calcio y vitamina A fue adecuado en general para esta población.
Una dieta deficiente o inadecuada antes o durante el embarazo se ha relacionado con el desarrrollo de diabetes gestacional, anemia, mayor riesgo de depresión post-parto, entre otros.
En un estudio que publicamos hace poco, vimos que una dieta de baja calidad durante el embarazo aumentaba el riesgo de restricción del crecimiento fetal y se sabe que esto a su vez aumenta el riesgo de mortalidad perinatal o de desarrollar enfermedades a corto o largo plazo. Existe evidencia creciente de que una dieta adecuada durante el embarazo previene también el riesgo de nacimiento prematuro, o la presencia de enfermedades como asma en la infancia.
Estudiamos diferencias según la edad, el nivel educativo y el lugar de origen. Encontramos que las mujeres más jóvenes consumían menos verduras, menos ácidos grasos omega 3, más grasas trans y en general, tenían un consumo más deficiente de todos los micronutrientes (vitaminas y minerales) estudiados comparadas con las de mayor edad. Las mujeres con menor nivel educativo consumieron más carnes rojas, grasas trans, menos ácidos grasos omega 3 y menos vitamina A y hierro. Las mujeres Españolas consumían menos frutas, tenían un consumo más deficiente de carbohidratos y se excedían más en cuanto al consumo de grasa total y grasa saturada que las extranjeras. Por otro lado, las Latinoamericanas consumían menos omega 3 y las mujeres de Europa del este más grasas trans. Podríamos decir que las mujeres que tienen una alimentación menos adecuada según las recomendaciones para el embarazo son las mujeres más jóvenes, las de menor nivel educativo y las españolas.
Lo más importante es tener una dieta equilibrada y variada, y que se ajuste, por ejemplo, a las características económicas y culturales de cada mujer o población. La alimentación se podría mejorar aumentando el consumo de cereales (trigo y alimentos hechos con él como pan, pasta y cous-cous; arroz, avena, maíz, cebada, etc) y tubérculos (patata, yuca, boniato o batata etc) como fuentes principales de energía. Aumentando también el consumo de frutas y verduras que aportan fibra, vitaminas y minerales y el de legumbres que son fuentes importantes de proteínas, carbohidratos y otros nutrientes y tienen un bajo contenido de grasa. Las carnes rojas o aves se pueden reemplazar algunas veces por legumbres. También es aconsejable disminuir el consumo de carnes procesadas y embutidos y productos industriales como bollería que contienen grasas perjudiciales para la salud. Es importante consumir diferentes tipos de pescado por su alto valor nutritivo (contiene, además de proteínas y minerales, grasas que benefician la salud), evitando o limitando el consumo de pez espada o emperador y atún rojo por su alto contenido de mercurio. Los lácteos son fuentes importantes de nutrientes como el calcio, sin embargo en esta población el consumo de lácteos y calcio durante el embarazo son ya adecuados, por lo que no es necesario hacer ninguna recomendación respecto a la dieta, adicionalmente, creemos que sería innecesario tomar suplementos de calcio.
Las mujeres del Mediterráneo español tienen una alimentación inadecuada durante el embarazo
Pese a que la dieta mediterránea se ha considerado, tradicionalmente, una de las más ricas y equilibradas, un estudio elaborado por investigadores del Proyecto INMA de la cohorte de Valencia, ha demostrado que en esta zona Mediterránea Española, las mujeres embarazadas siguen una alimentación inadecuada. El estudio, impulsado para analizar la alimentación y la ingesta de nutrientes, y el cumplimiento de las recomendaciones nutricionales en mujeres embarazadas, ha demostrado que la mayoría de mujeres en periodo de gestación presenta consumos inadecuados de determinados grupos de alimentos, macronutrientes y micronutrientes que son importantes durante el embarazo. Así, un porcentaje muy alto de las mujeres que han participado en el estudio –más de un 75{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b}- mostraban ingestas de cereales y legumbres, y en menor medida -cerca del 50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b}-, de frutas y hortalizas, por debajo de las adecuadas. Respecto a los macronutrientes, el estudio revela que más del 50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de las mujeres tenían ingestas insuficientes de hidratos de carbono y de ácidos grasos omega-3 y omega-6, mientras que aproximadamente el 70{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} superó el consumo recomendable de grasa. Las mayores deficiencias en cuanto a consumo de micronutrientes se encontraron en la vitamina D, el ácido fólico y el hierro. El estudio revela que aunque los suplementos de ácido fólico permitieron mejorar la adecuación a las recomendaciones en la mayoría de las mujeres, también hicieron que 1 de cada 4 mujeres, sobrepasaran el consumo máximo de ácido fólico considerado seguro, debido a que se tomaba en dosis muy altas. Respecto a otros nutrientes, como vitamina D, hierro y vitamina E (cuyos consumos de la dieta eran insuficientes en al menos el 68{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de las mujeres), los suplementos no suplieron esta carencia. Teniendo en cuenta que varios estudios han revelado que determinadas deficiencias alimentarias durante la gestación pueden acarrear graves problemas para la madre y para el bebé (parto prematuro, pre-eclampsia, diabetes gestacional, deficiencias en el desarrollo cognitivo o trastornos alérgicos en la infancia), los resultados de este estudio ponen en evidencia la necesidad de promover, entre todas las mujeres en edad fértil y durante el embarazo, una dieta rica en frutas y verduras, y otros alimentos de origen vegetal como los cereales (preferiblemente en forma integral) y en menor medida fuentes de proteínas y otros nutrientes importantes, como legumbres, aves, carnes (reduciendo el consumo de embutidos u otras carnes procesadas), pescados (disminuyendo el consumo o evitando el atún y el pez espada o emperador, por su alto contenido de mercurio) huevos y lácteos. También se recomienda usar sal yodada. De acuerdo a lo observado en este estudio ,–señalan los autores- , es necesario establecer políticas que evalúen los esquemas de suplementación durante el embarazo para reducir los riesgos derivados de ingestas deficientes o excesivas. Actualmente se está llevando a cabo un estudio similar, que incluye mujeres de otras regiones de España pertenecientes al Proyecto INMA, con el objetivo de determinar el cumplimiento de las recomendaciones nutricionales a nivel nacional. *Clara Rodríguez Bernal, primera autora del estudio, es Odontóloga y Máster en Salud Pública. Pertenece al Grupo de Nutrición INMA y forma parte del Area de Ambiente y Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP) de Valencia
Un porcentaje importante de las mujeres embarazadas
presentan una ingesta insuficiente de varios nutrientes
que son importantes durante el embarazo
El estudio revela, también, que las deficiencias alimentarias varían significativamente según las características sociodemográficas de las mujeres. Así, las mujeres de mayor edad consumieron más verduras; las mujeres más jóvenes y con un nivel de educación más básico mostraron una menor ingesta de proteínas, ácidos grasos omega-3 y micronutrientes y, en cambio, consumían más ácidos grasos trans. Respecto al país de origen, el estudio constata que las mujeres de origen español ingieren menos frutas y carbohidratos que las mujeres extranjeras, y exceden las recomendaciones para grasa total con una frecuencia mucho más alta que las extranjeras. También suelen seguir una dieta más rica en proteínas y ácidos grasos beneficiosos como las grasas monoinsaturadas y omega-3. Las mujeres latinoamericanas consumen omega 3 por debajo de las recomendaciones y las de otros orígenes (principalmente de Europa del este) consumen más grasas trans.
Más de un 75{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de las encuestadas mostraban ingestas
de cereales y legumbres, y en menor medida -cerca del 50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b}-,
de frutas y hortalizas, por debajo de las adecuadas
El estudio advierte, además, que pese a que monitorizar el estado nutricional de todas las mujeres embarazadas es importante y es, sin duda, un buen punto de partida, también es fundamental implementar programas de intervención que tengan en cuenta los contextos sociales y culturales, para, así, garantizar a todas las mujeres, sea cual sea su edad, su nivel educativo y su origen, un entorno alimentario saludable.
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“Prácticamente todas las exposiciones de riesgo para la salud de origen laboral han mostrado efectos negativos sobre la salud reproductiva de los trabajadores”
Entrevista a Ana María García, autora del estudio “Prevalence of occupational exposure to reproductive risks in Spanish pregnant” Antes que nada, explíquenos brevemente que les motivó a impulsar este estudio… «La normativa sobre prevención de riesgos laborales es mejorable; por ejemplo, no menciona ningún tipo de riesgo psicosocial ni tampoco incluye a los disruptores endocrinos, sustancias muy ubicuas y sobre las cuales disponemos de información abundante sobre sus efectos perjudiciales». ¿Cuáles son los principales riesgos laborales a los que se enfrentan las mujeres embarazadas? ¿Qué riesgos pueden tener para el desarrollo de su embarazo? «En relación con las diferentes situaciones de riesgo conocido y potencial, el sector servicios es el más afectado. Destaca, en general, la exposición a carga física y riesgos psicosociales, pero también se incluyen muchas actividades con exposición a contaminantes químicos». ¿Cuáles son los peores factores, tanto para la madre como para el bebé, a los que se exponen las madres embarazadas en su entorno laboral? En principio, aquellos sobre los que tenemos mayor certidumbre de sus efectos negativos y sobre la gravedad de dichos efectos. Entre los contaminantes químicos, la exposición a las sustancias químicas denominadas reprotóxicas, que por normativa deben estar identificadas en su etiquetado como tales, pero también a sustancias cancerígenas, mutágenas o disruptores endocrinos, pueden tener efectos particularmente negativos durante el embarazo, aunque la exposición debería evitarse o estar muy controlada en cualquier caso, en todos los trabajadores y en la población general. En estas categorías se incluyen sustancias como plomo, mercurio y derivados (especialmente en forma de humos o vapores que puedan ser inhalados), plaguicidas y disolventes orgánicos, estos últimos muy volátiles y presentes en la composición de una gran cantidad de productos y materiales de uso laboral (como pinturas, barnices, productos de limpieza, etc.). El efecto perjudicial de las radiaciones ionizantes sobre el embarazo es también bien conocido, así como los de la exposición a determinados agentes biológicos (como rubeola o toxoplasma, que pueden estar presentes en determinados ambientes de trabajo relacionados con el sector sanitario). ¿Cuáles son las diferencias más significativas que se dan entre las diferentes categorías laborales? ¿Cuáles son los sectores más expuestos a estos riesgos? ¿Qué pasos deberían reforzar las autoridades para minimizar estos riesgos?
Desde hace años nuestro grupo trabaja en el estudio de la relación entre el trabajo y la salud de las personas. Desde hace años se sabe que determinadas condiciones y exposiciones presentes en los lugares de trabajo pueden afectar negativamente la salud reproductiva de los trabajadores. Y el Proyecto INMA dispone de datos muy valiosos sobre la ocupación y las condiciones de trabajo en una muestra amplia de mujeres embarazadas procedentes de diferentes puntos de toda España. Esta es la segunda publicación científica basada en los datos de INMA (la primera, que se publicó en la revista Gaceta Sanitaria en 2009, y en la que presentamos resultados muy similares, se limitó a analizar los datos de las mujeres embarazadas participantes en la cohorte INMA de Valencia). Pensamosque el análisis descriptivo de este tipo de datos es ya de mucho interés y utilidad: en la bibliografía internacional hay muy poca información que permita cuantificar el problema de la exposición a factores de riesgo laboral en trabajadoras embarazadas, un colectivo cada vez más numeroso en nuestro país y en todo el mundo. En particular, en nuestro contexto disponemos de normativa y regulaciones que pretenden proteger la salud de las trabajadoras durante el periodo de embarazo y lactancia, una etapa especialmente sensible y en la que determinadas exposiciones ambientales pueden ocasionar alteraciones en el normal desarrollo del embarazo y en la salud y desarrollo del recién nacido. Esta información, además, permitirá evaluar potenciales asociaciones entre las exposiciones laborales declaradas por las mujeres y problemas de salud que puedan manifestarse con posterioridad.
Prácticamente todas las exposiciones de riesgo para la salud de origen laboral han mostrado, con mayor o menor consistencia, efectos negativos sobre la salud reproductiva de los trabajadores. Quizás disponemos de mayor información en relación con los riesgos más clásicos, fundamentalmente las exposiciones a determinados contaminantes químicos (como disolventes o humos de metales) que pueden encontrarse en relación con distintos materiales y procesos de trabajo y para los que no siempre se cuenta con las medidas e instalaciones preventivas adecuadas en los lugares de trabajo (como sistemas de extracción localizada, aislamiento de los procesos en los que se generan los contaminantes o equipos de protección individual como mascarillas y guantes) y también las exposiciones a riesgos biológicos (bacterias, virus y otros microrganismos) que pueden resultar especialmente peligrosas durante el periodo de embarazo. Pero también las categorías de riesgos laborales a las que con mayor frecuencia está expuesta la población trabajadora (carga física y riesgos psicosociales) son susceptibles de provocar efectos negativos durante el embarazo. Determinadasformas de carga física (esfuerzos, manipulación de cargas) se han relacionado con alteraciones del normal desarrollo de la gestación. Y algunos estudios apuntan que las situaciones de sobrecarga psíquica en el trabajo (estrés laboral) también pueden repercutir negativamente en el mismo sentido.
Por supuesto todo ello depende de la intensidad de la exposición y de la acción de otros factores de riesgo que puedan actuar simultáneamente sobre la mujer embarazada. Pero en relación con la exposición a contaminantes y factores de riesgo laboral se han descrito problemas tales bajo peso al nacer o prematuridad, que se asocian con dificultades posteriores en el normal desarrollo del recién nacido. En algunos casos se pueden producir efectos más graves, como abortos o malformaciones congénitas, habitualmente relacionados con exposiciones intensas a determinados contaminantes químicos y agentes infecciosos que actúan como tóxicos para la reproducción. Afortunadamente la frecuencia de este tipo de problemas es relativamente baja en nuestra población, pero la investigación está demostrando que efectos más sutiles, como alteraciones del desarrollo neuroendocrino o incluso enfermedades crónico-degenerativas que se manifiestan en edades adultas podrían estar relacionadas con exposiciones ambientales que tuvieron lugar durante el periodo de gestación.
En conjunto, y en relación con las distintas situaciones de riesgo conocido y potencial, sin duda el sector servicios es el más afectado en cuanto a número de trabajadores expuestos, ya que es el más numeroso. En estos trabajadores destaca en general la exposición a carga física y riesgos psicosociales, pero no sólo. También en servicios se incluyen muchas actividades con exposición a contaminantes químicos (transporte, limpieza, peluquería, etc). Posiblemente la exposición a un riesgo químico sea más preocupante en los sectores industriales, pero los trabajadores en estos sectores tampoco se salvan de la sobrecarga física y mental. Algunos sectores específicos, como sanidad, pueden concentrar mayor prevalencia de exposición a riesgos también específicos, como los biológicos o los derivados de la manipulación de medicamentos. Las trabajadoras agrícolas presentan también exposición frecuente a diferentes agentes reprotóxicos, incluyendo la manipulación de plaguicidas o el trabajo en ambientes contaminados por estas sustancias, y también distintas formas de carga física.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, vigente en España desde 1995, ya contempla en un artículo la obligatoriedad de las empresas de adoptar medidas especiales de protección de la salud en el caso de mujeres embarazadas y lactantes. Hay otra normativa específica relacionada, como el reciente Real Decreto 298/2009 que incluye una lista (no exhaustiva) de agentes, procedimientos y condiciones de trabajo que pueden influir negativamente en la salud de las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia natural y en la del feto o del niño. Esta normativa es mejorable; por ejemplo, no menciona ningún tipo de riesgo psicosocial (estrés laboral) ni tampoco incluye a los disruptores endocrinos, sustancias muy ubicuas y sobre las que disponemos de información abundante acerca de sus efectos perjudiciales sobre la salud reproductiva. Tambiéncontempla de forma permisiva la exposición a sustancias cancerígenas. Pero las oportunidades para la protección de la salud de los trabajadores en las empresas son muchas, aparte del apoyo y guía que pueda establecer la normativa y de las actividades de seguimiento y control que pueda ejercer la administración sobre estas regulaciones. Todo ello dependerá de la voluntad y responsabilidad de los empresarios,de la actividad y capacidad de los servicios de prevención que tienen contratadas todas las empresas, y de la voluntad y oportunidades que tengan los trabajadores para influenciar sobre sus condiciones de trabajo.
Las mujeres embarazadas están expuestas a una amplia variedad de riesgos laborales
Las mujeres embarazadas están expuestas, en su trabajo, a una amplia variedad de factores de riesgo que pueden afectar directamente la evolución de su embarazo y, también, la salud del bebé después de su nacimiento. La exposición a los principales factores de riesgo en el trabajo tiende a ser más frecuente en las mujeres más jóvenes, con nivel educativo bajo, no españolas y en las trabajadoras temporales y autónomas. Éstas son algunas de las principales conclusiones del estudio desarrollado por investigadores del Proyecto Inma* para analizar las principales exposiciones a factores de riesgo que sufren las mujeres embarazadas en el trabajo. El estudio señala que, a pesar de que muchos países europeos, entre ellos España, han desarrollado legislaciones específicas y acciones para intensificar la protección de las trabajadoras embarazadas y lactantes, la vigilancia y la protección de este colectivo concreto de trabajadores sigue siendo débil y, por lo tanto, debería reforzarse. El estudio, con una muestra de más de 2.000 mujeres embarazadas, revela que el 50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de las encuestadas estaban expuestas habitualmente a una carga física excesiva en su trabajo, mientras que el 45{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} refería exposición frecuente a tres o más indicadores de factores de riesgo psicosocial de origen laboral (como ritmos excesivamente rápidos de trabajo, tareas monótonas y repetitivas o falta de apoyo por parte del supervisor). La exposición a al menos un contaminante físico (ruido, vibraciones, campos electromagnéticos) fue citada por el 22{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de las mujeres, mientras que una quinta parte de las encuestadas estuvo en contacto con productos químicos, incluyendo tóxicos con efectos negativos reconocidos para la salud reproductiva (disolventes, plomo o pesticidas). El 6{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} reportó algún tipo de exposición a agentes biológicos. A pesar de que los resultados varían ligeramente en función de variables como el tipo de contrato, la jornada laboral, la edad o la educación, el estudio señala que el factor más determinante en el grado de exposición es la profesión. Así, la exposición a sustancias químicas y a contaminantes físicos o la carga física excesiva son riesgos que suelen sufrir más las trabajadoras jóvenes, aquellas que tienen estudios básicos o las mujeres extranjeras. Los indicadores de estrés laboral también son mayores en las trabajadoras con menos nivel académico. Si nos centramos en las variaciones que se dan en función de la profesión, podemos observar como las mujeres vinculadas al sector manufacturero y a la industria están más expuestas a productos químicos y contaminantes físicos, mientras que las trabajadoras del sector servicios y del comercio sufre la exposición más alta a las cargas físicas. El estrés laboral es especialmente destacable en trabajadoras de la industria y en cargos administrativos, mientras que la exposición a agentes biológicos, aunque generalmente baja, suele afectar principalmente a trabajadores con un nivel académico alto y ocupaciones vinculadas a los sectores de la educación, la sanidad y la investigación. Aunque todavía existe poca documentación que haya demostrado el efecto directo de todas estas exposiciones en el desarrollo del embarazo, sí que se han llevado a cabo algunos estudios que han demostrado que determinadas exposiciones, sobre todo a productos químicos, agentes físicos o biológicos o una carga física excesiva tienen efectos nocivos durante el embarazo. Complicaciones como el aborto espontáneo, el bajo peso al nacer el parto prematuro, las malformaciones congénitas o el retraso en el desarrollo del bebé se han relacionado directamente con la exposición a factores de riesgo de origen laboral durante el embarazo. *Ana María García, responsable del estudio “Prevalence of exposure to occupational risks during pregnancy in Spain”, es Doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia y Doctora por la London School of Hygiene and Tropical Medicine de la Universidad de Londres. En la actualidad, es profesora titular de la Universidad de Valencia.La profesión, un factor determinante
Un riesgo potencial para la salud de la madre y el hijo
Vitamin D in Pregnancy Critical for Brain Development, Study Says
La exposición a compuestos organoclorados durante el embarazo puede incrementar el riesgo de sobrepeso en niños a la edad de 6 años
En las últimas décadas se ha observado en varios países un aumento espectacular de obesidad no solo en adultos sino también en niños. España actualmente tiene uno de los porcentajes más altos en Europa de obesidad infantil con aproximadamente un 30{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} de niños con sobrepeso. Últimamente estudios en animales sugieren que la exposición prenatal a compuestos organoclorados, como los bifeniles policlorados (PCBs), el diclorodifenil-tricloroetano (DDT) y su metabolito diclorodifenil-cloroetano (DDE), puede incrementar el riesgo en el niño de desarrollar obesidad. La producción y el uso del DDT en la agricultura y de los PCBs en procesos industriales fueron intensivos después de los años ’30. Su uso actualmente está prohibido o restringido en países desarrollados, sin embargo, estos compuestos siguen estando presentes en el medio ambiente debido a su lenta biodegradación y a su uso en los países en vías de desarrollo. En los seres humanos la vía de exposición mayoritaria es a través de la dieta rica en grasa. La evidencia en humanos sobre la exposición a compuestos organoclorados durante el embarazo y el aumento del riesgo de obesidad en niños es muy limitada. Por lo tanto, en este estudio evaluamos la asociación entre la exposición a compuestos organoclorados durante el embarazo y el sobrepeso a la edad de 6 años en niños de la cohorte de INMA en la isla de Menorca. Las concentraciones de los PCBs, DDT y DDE se midieron en muestras de sangre de cordón que se obtuvieron de las madres participantes en la cohorte de Menorca en el momento del parto. Calculamos el índice de masa corporal (IMC) (peso/talla²) utilizando las mediciones antropométricas del niño que realizó el personal investigador de INMA cuando el niño tenía la edad de 6 años. Para definir los niños con sobrepeso utilizamos los puntos de corte específicos para la edad y el sexo de cada niño recomendados por la Organización Mundial de la Salud en 2007 (IMC mayor o igual al percentil 85). Se estudió la asociación entre la exposición prenatal a compuestos organoclorados y el sobrepeso del niño mediante modelos estadísticos. Los resultados de este estudio mostraron que la exposición durante el embarazo a PCBs y DDE se asocia con un mayor riesgo de sobrepeso en niños y niñas a la edad de 6 años. El riesgo estimado ha sido mayor en niñas que en niños. La exposición durante el embarazo a DDT se asocia con sobrepeso a la edad de 6 años solo en niños pero no en niñas. La asociación entre la exposición a DDT y sobrepeso del niño también era mas clara en niños con una ingesta alta en grasas en comparación con niños con una ingesta más baja en grasas. En conclusión, el presente estudio ofrece evidencia de que la exposición durante el embarazo a compuestos organoclorados puede incrementar el riesgo de sobrepeso en niños a la edad de 6 años. El sexo y la ingesta alta de grasas por el niño potencialmente influyen en esta asociación. Dania Valvi es Licenciada en Medicina y Máster en Salud Pública. Actualmente está cursando el doctorado en Biomedicina de la Universidad Pompeu Fabra.
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