Primeros resultados sobre exposición prenatal al mercurio
26/04/2012
El mercurio es un contaminante ambiental con distribución ubicua que proviene tanto de fuentes naturales como de la actividad humana. La dieta es la principal fuente de exposición en población general, especialmente el consumo de pescado. El pescado azul grande, como el emperador, tiburón o atún, es el que presenta las mayores concentraciones.
El mercurio, particularmente el metilmercurio, su forma orgánica, es conocido por ser neurotóxico en humanos. La vulnerabilidad del sistema nervioso a estas sustancias aumenta durante el desarrollo, especialmente durante la etapa prenatal, ya que el metilmercurio ingerido es capaz de atravesar la placenta y la barrera hematoencefálica.
Diversos estudios epidemiológicos en todo el mundo han tratado de evaluar los posibles efectos de la exposición prenatal a mercurio, principalmente relacionada con una dieta rica en ciertos tipos de pescado, sobre el desarrollo neuropsicológico durante la infancia. Sin embargo, los resultados obtenidos han sido motivo de controversia, ya que en algunos de estos estudios se encontró evidencia de asociación inversa entre la exposición prenatal a mercurio y las puntuaciones en los tests de neurodesarrollo, pero en otros no. Es importante destacar que la ingesta de pescado durante el embarazo conlleva un aporte de ácidos grasos poli-insaturados y oligoelementos fundamentales para el crecimiento fetal y el neurodesarrollo.
Estudio en muestras de sangre de cordón en 1880 recién nacidos
En el Proyecto INMA se ha estudiado la exposición prenatal a mercurio analizando los niveles en muestras de sangre de cordón en 1880 recién nacidos de las cohortes de Valencia, Sabadell, Asturias y Gipuzkoa.
Estos niveles (media geométrica de mercurio total = 8,4 µg / L; intervalo de confianza 95{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b}: 8.1, 8.7), resultaron similares a los de países y comunidades con un consumo alto de mercurio y elevados en comparación con otros estudios realizados en algunos países de Europa y Estados Unidos. Estos niveles se relacionaron principalmente con el consumo de grandes peces depredadores durante el embarazo, como el pez espada o emperador. Este hallazgo coincide con los resultados de las cohortes de Menorca, Ribera d’Ebre y Granada, donde los niveles de mercurio en cabello de los niños/as a los 4 años se asoció con el consumo de grandes peces depredadores durante la infancia.
Sin embargo, esta exposición prenatal a mercurio no se ha asociado con efectos adversos en el desarrollo mental y psicomotor de los niños, evaluado al inicio de su segundo año de vida. La evidencia científica sobre los efectos adversos del mercurio en el neurodesarrollo es poco concluyente, sobre todo con exposiciones medias-bajas y a edades tempranas, lo que justifica la necesidad de realizar un seguimiento continuo de los niños/as, a lo largo de su infancia y evaluar su posible asociación con los niveles de mercurio y el papel modificador de la dieta y otras variables, como el ambiente familiar y social.
Sabrina Llop es Licenciada en Biología, Técnica en investigación, y trabaja en la cohorte INMA de Valencia
- Enlace: Resultados del estudio