“Prácticamente todas las exposiciones de riesgo para la salud de origen laboral han mostrado efectos negativos sobre la salud reproductiva de los trabajadores”

22/10/2012

Entrevista a Ana María García, autora del estudio “Prevalence of occupational exposure to reproductive risks in Spanish pregnant” 

Antes que nada, explíquenos brevemente que les motivó a impulsar este estudio… 
Desde hace años nuestro grupo trabaja en el estudio de la relación entre el trabajo y la salud de las personas. Desde hace años se sabe que determinadas condiciones y exposiciones presentes en los lugares de trabajo pueden afectar negativamente la salud reproductiva de los trabajadores. Y el Proyecto INMA dispone de datos muy valiosos sobre la ocupación y las condiciones de trabajo en una muestra amplia de mujeres embarazadas procedentes de diferentes puntos de toda España. Esta es la segunda publicación científica basada en los datos de INMA (la primera, que se publicó en la revista Gaceta Sanitaria en 2009, y en la que presentamos resultados muy similares, se limitó a analizar los datos de las mujeres embarazadas participantes en la cohorte INMA de Valencia). Pensamosque el análisis descriptivo de este tipo de datos es ya de mucho interés y utilidad: en la bibliografía internacional hay muy poca información que permita cuantificar el problema de la exposición a factores de riesgo laboral en trabajadoras embarazadas, un colectivo cada vez más numeroso en nuestro país y en todo el mundo. En particular, en nuestro contexto disponemos de normativa y regulaciones que pretenden proteger la salud de las trabajadoras durante el periodo de embarazo y lactancia, una etapa especialmente sensible y en la que determinadas exposiciones ambientales pueden ocasionar alteraciones en el normal desarrollo del embarazo y en la salud y desarrollo del recién nacido. Esta información, además, permitirá evaluar potenciales asociaciones entre las exposiciones laborales declaradas por las mujeres y problemas de salud que puedan manifestarse con posterioridad.

“La normativa sobre prevención de riesgos laborales es mejorable; por ejemplo, no menciona ningún tipo de riesgo psicosocial ni tampoco incluye a los disruptores endocrinos, sustancias muy ubicuas y sobre las cuales disponemos de información abundante sobre sus efectos perjudiciales”. 

¿Cuáles son los principales riesgos laborales a los que se enfrentan las mujeres embarazadas? 
Prácticamente todas las exposiciones de riesgo para la salud de origen laboral han mostrado, con mayor o menor consistencia, efectos negativos sobre la salud reproductiva de los trabajadores. Quizás disponemos de mayor información en relación con los riesgos más clásicos, fundamentalmente las exposiciones a determinados contaminantes químicos (como disolventes o humos de metales) que pueden encontrarse en relación con distintos materiales y procesos de trabajo y para los que no siempre se cuenta con las medidas e instalaciones preventivas adecuadas en los lugares de trabajo (como sistemas de extracción localizada, aislamiento de los procesos en los que se generan los contaminantes o equipos de protección individual como mascarillas y guantes) y también las exposiciones a riesgos biológicos (bacterias, virus y otros microrganismos) que pueden resultar especialmente peligrosas durante el periodo de embarazo. Pero también las categorías de riesgos laborales a las que con mayor frecuencia está expuesta la población trabajadora (carga física y riesgos psicosociales) son susceptibles de provocar efectos negativos durante el embarazo. Determinadasformas de carga física (esfuerzos, manipulación de cargas) se han relacionado con alteraciones del normal desarrollo de la gestación. Y algunos estudios apuntan que las situaciones de sobrecarga psíquica en el trabajo (estrés laboral) también pueden repercutir negativamente en el mismo sentido.

¿Qué riesgos pueden tener para el desarrollo de su embarazo? 
Por supuesto todo ello depende de la intensidad de la exposición y de la acción de otros factores de riesgo que puedan actuar simultáneamente sobre la mujer embarazada. Pero en relación con la exposición a contaminantes y factores de riesgo laboral se han descrito problemas tales bajo peso al nacer o prematuridad, que se asocian con dificultades posteriores en el normal desarrollo del recién nacido. En algunos casos se pueden producir efectos más graves, como abortos o malformaciones congénitas, habitualmente relacionados con exposiciones intensas a determinados contaminantes químicos y agentes infecciosos que actúan como tóxicos para la reproducción. Afortunadamente la frecuencia de este tipo de problemas es relativamente baja en nuestra población, pero la investigación está demostrando que efectos más sutiles, como alteraciones del desarrollo neuroendocrino o incluso enfermedades crónico-degenerativas que se manifiestan en edades adultas podrían estar relacionadas con exposiciones ambientales que tuvieron lugar durante el periodo de gestación.

“En relación con las diferentes situaciones de riesgo conocido y potencial, el sector servicios es el más afectado. Destaca, en general, la exposición a carga física y riesgos psicosociales, pero también se incluyen muchas actividades con exposición a contaminantes químicos”. 

¿Cuáles son los peores factores, tanto para la madre como para el bebé, a los que se exponen las madres embarazadas en su entorno laboral? 

En principio, aquellos sobre los que tenemos mayor certidumbre de sus efectos negativos y sobre la gravedad de dichos efectos. Entre los contaminantes químicos, la exposición a las sustancias químicas denominadas reprotóxicas, que por normativa deben estar identificadas en su etiquetado como tales, pero también a sustancias cancerígenas, mutágenas o disruptores endocrinos, pueden tener efectos particularmente negativos durante el embarazo, aunque la exposición debería evitarse o estar muy controlada en cualquier caso, en todos los trabajadores y en la población general. En estas categorías se incluyen sustancias como plomo, mercurio y derivados (especialmente en forma de humos o vapores que puedan ser inhalados), plaguicidas y disolventes orgánicos, estos últimos muy volátiles y presentes en la composición de una gran cantidad de productos y materiales de uso laboral (como pinturas, barnices, productos de limpieza, etc.). El efecto perjudicial de las radiaciones ionizantes sobre el embarazo es también bien conocido, así como los de la exposición a determinados agentes biológicos (como rubeola o toxoplasma, que pueden estar presentes en determinados ambientes de trabajo relacionados con el sector sanitario).

¿Cuáles son las diferencias más significativas que se dan entre las diferentes categorías laborales? ¿Cuáles son los sectores más expuestos a estos riesgos? 
En conjunto, y en relación con las distintas situaciones de riesgo conocido y potencial, sin duda el sector servicios es el más afectado en cuanto a número de trabajadores expuestos, ya que es el más numeroso. En estos trabajadores destaca en general la exposición a carga física y riesgos psicosociales, pero no sólo. También en servicios se incluyen muchas actividades con exposición a contaminantes químicos (transporte, limpieza, peluquería, etc). Posiblemente la exposición a un riesgo químico sea más preocupante en los sectores industriales, pero los trabajadores en estos sectores tampoco se salvan de la sobrecarga física y mental. Algunos sectores específicos, como sanidad, pueden concentrar mayor prevalencia de exposición a riesgos también específicos, como los biológicos o los derivados de la manipulación de medicamentos. Las trabajadoras agrícolas presentan también exposición frecuente a diferentes agentes reprotóxicos, incluyendo la manipulación de plaguicidas o el trabajo en ambientes contaminados por estas sustancias, y también distintas formas de carga física.

¿Qué pasos deberían reforzar las autoridades para minimizar estos riesgos? 
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, vigente en España desde 1995, ya contempla en un artículo la obligatoriedad de las empresas de adoptar medidas especiales de protección de la salud en el caso de mujeres embarazadas y lactantes. Hay otra normativa específica relacionada, como el reciente Real Decreto 298/2009 que incluye una lista (no exhaustiva) de agentes, procedimientos y condiciones de trabajo que pueden influir negativamente en la salud de las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia natural y en la del feto o del niño. Esta normativa es mejorable; por ejemplo, no menciona ningún tipo de riesgo psicosocial (estrés laboral) ni tampoco incluye a los disruptores endocrinos, sustancias muy ubicuas y sobre las que disponemos de información abundante acerca de sus efectos perjudiciales sobre la salud reproductiva. Tambiéncontempla de forma permisiva la exposición a sustancias cancerígenas. Pero las oportunidades para la protección de la salud de los trabajadores en las empresas son muchas, aparte del apoyo y guía que pueda establecer la normativa y de las actividades de seguimiento y control que pueda ejercer la administración sobre estas regulaciones. Todo ello dependerá de la voluntad y responsabilidad de los empresarios,de la actividad y capacidad de los servicios de prevención que tienen contratadas todas las empresas, y de la voluntad y oportunidades que tengan los trabajadores para influenciar sobre sus condiciones de trabajo.