“Las cocinas de gas en el hogar y el desarrollo mental en la infancia”

25/07/2016

En los países desarrollados es común la presencia de cocinas o estufas de gas dentro de la casa (50{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b} a 70{3effe4377b6f02be2524d084f7d03914ac32a2b62c0a056ca3444e58c1f10d0b}), siendo reconocida como la principal fuente de contaminación del ambiente interior. La combustión de gas produce una mezcla compleja de compuestos y entre ellos el dióxido de nitrógeno (NO2) es el contaminante del ambiente interior más estudiado. El uso de la cocina de gas es uno de los principales predictores de las concentraciones de NO2 en el interior de los hogares en países desarrollados. Otros son el consumo de cigarrillos y el NO2 relacionada con el tráfico exterior. Los hogares con aparatos de gas pueden tener concentraciones de NO2 dos veces más altas que el resto de las casas y estas concentraciones pueden superar las directrices de la OMS para la media anual de NO2. Las mujeres y las niños/niñas están especialmente expuestas, ya que suelen pasar más tiempo en la cocina y en la casa.

La contaminación del aire puede afectar al desarrollo neurológico. Debido a que la maduración del cerebro es más importante en los primeros años de vida, este período de desarrollo puede ser particularmente vulnerable a los contaminantes ambientales. Estudios recientes han observado efectos adversos en el nivel cognitivo y conductual debidos a la contaminación del aire exterior durante periodo de nacimiento. Estos estudios han expresado su preocupación acerca de los efectos similares de la contaminación del ambiente interior.

Este estudio examinó la relación entre la exposición a las cocinas de gas durante el embarazo y el desarrollo mental de criaturas de 1 a 2 años. Participaron un total de 1887 parejas de madre y niños/nisñas de 4 regiones españolas participantes en la cohorte INMA (Asturias, Guipúzcoa, País Vasco-; Sabadell, Cataluña y Valencia) entre 2004 y 2008.

Los resultados mostraron que el cuarenta y cuatro por ciento de las madres tenían una cocina de gas en el hogar durante el tercer trimestre del embarazo, la mayoría de ellos de gas natural. La presencia de una cocina de gas en el hogar durante el embarazo se asoció con un desarrollo mental ligeramente más lento de las criaturas, especialmente aquellas mayores de 14 meses. Este enlentecimiento fue mayor cuando además de la cocina de gas, el uso del extractor de humos era poco habitual. El efecto negativo de la cocina de gas no se diferenció claramente según diferentes factores socioeconómicos, dieta y el estilo de vida o la exposición a otros contaminantes ambientales.

Debido a que la presencia de la cocina de gas va más allá del embarazo, no es posible determinar en qué momento de la exposición (antes o después del nacimiento) se podría afectar el desarrollo. Estos resultados apoyan los de un estudio reciente realizado en una pequeña cohorte en Menorca, España, si bien no quedan claros los mecanismos exactos por los que se causa el daño.

Las potenciales implicaciones para la salud pública de estos hallazgos, son importantes debido al uso frecuente de cocinas de gas y porque los trastornos del neurodesarrollo y discapacidades suponen una importante carga tanto a nivel social como económico.

Referencia: Vrijheid M, Martinez D, Aguilera I, Bustamante M, Ballester F, Estarlich M, Fernandez-Somoano A, Guxens M, Lertxundi N, Martinez MD, Tardon A, Sunyer J; on behalf of the INMA Project. Indoor Air Pollution From Gas Cooking and Infant Neurodevelopment. Epidemiology. 2012 Jan;23(1):23-32.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22082993